🔸Existen días en los que, sencillamente, se nos vuelve imposible dibujarnos una sonrisa en el rostro. Porque cuando los ánimos decaen, sea a causa del estrés laboral que se impone a veces o porque nuestro día amanece con más presiones y noticias negativas que que esperanzas, entonces se hace muy complicado el vestirse con el gesto universal de la sonrisa. Ahora bien, en más de una ocasión, al caminar por la calle y cruzarte con una persona desconocida que sin ninguna razón te dedica una sonrisa, la reacción suele ser una devolución instantánea. Y es porque nuestra naturaleza social es empática y se abre con facilidad a lo positivo, lo que hace que casi sin darnos cuenta cambiemos de ánimo.

🙂Siempre podemos recuperar nuestro buen ánimo, podemos volver a vestir nuestro rostro con una sonrisa. No dejes que nada arruine tus buenos momentos. Tu sonrisa iluminará tu entorno. Y muchos te lo agradecerán.

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